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A continuación encontrará el texto completo del discurso dado por el Sr. Goenka el día martes 29 de agosto del 2000 en la Sala de Asambleas Generales de las Naciones Unidas a los participantes de la Cumbre del Milenio por la Paz Mundial.

Espiritualidad Universal por la Paz, por S.N. Goenka

Fecha: 29 de agosto de 2000

A continuación encontrará el texto completo del discurso dado por el Sr. Goenka el día martes 29 de agosto del 2000 en la Sala de Asambleas Generales de las Naciones Unidas a los participantes de la Cumbre del Milenio por la Paz Mundial.

Cuando hay oscuridad se necesita luz. Hoy en día, con toda la agonía causada por conflictos violentos, guerra y derramamientos de sangre, el mundo necesita paz y armonía más que nunca. Este es un enorme desafío para los líderes religiosos y espirituales. Aceptemos este desafío.

Cada religión tiene una cubierta o carcasa exterior y una esencia o núcleo interno. La carcasa exterior consiste en los ritos, rituales, ceremonias, creencias, mitos y doctrinas. Estos varían de religión a religión. Pero hay un núcleo interno común a todas las religiones: las enseñanzas universales de moralidad y caridad, de una mente pura y disciplinada, llena de amor, compasión, buena voluntad y tolerancia. Es este común denominador el que deberían enfatizar los líderes religiosos, y el que los adeptos religiosos deberían practicar. Si se le diera la importancia adecuada a la esencia de todas las religiones y si se mostrara una mayor tolerancia por sus aspectos superficiales se podrían minimizar los conflictos.

Todas las personas deben tener la libertad de profesar y seguir su fe. Al hacerlo, sin embargo, deben poner cuidado en no descuidar la práctica de la esencia de su religión, en no molestar a otros con sus propias prácticas religiosas, y en no condenar o menospreciar otras fes.

Dada la diversidad de fes que existe, ¿cómo podemos superar las diferencias y crear un plan concreto para alcanzar la paz? El Buddha, el Iluminado, a menudo era abordado por personas que tenían distintos puntos de vista. A ellos solía decirles, “Dejemos de lado nuestras diferencias. Concentrémonos en lo que estamos de acuerdo, y pongámoslo en práctica. ¿Por qué pelear?” Ese sabio consejo aún hoy mantiene todo su valor.

Vengo de una tierra antigua que, por milenios, ha dado origen a distintas escuelas de filosofía y espiritualidad. Con la excepción de casos de violencia aislados, mi país ha sido un modelo de coexistencia pacífica. Hace unos 2300 años era gobernado por Ashoka el Grande, cuyo imperio se extendía desde el Afganistán actual hasta Bangladesh. A lo largo y a lo ancho de su reino, este gobernante compasivo hizo tallar edictos sobre rocas, proclamando que todas las fes debían ser respetadas; y, como resultado de ello, los seguidores de todas las tradiciones espirituales se sentían seguros bajo su poder. Él le pidió a la gente que llevara una vida moral, que respetara a sus padres y a los ancianos, y que se abstuviera de matar. Las palabras con las que exhortó a sus súbditos son aún hoy relevantes:

Uno no debería honrar únicamente la religión propia, condenando a las otras religiones. En lugar de eso, uno debería honrar a las otras religiones por diversas razones. Al hacerlo uno ayuda en el crecimiento de su propia religión y también ofrece un servicio a las religiones de los demás. Si uno hiciera lo contrario estaría cavando la tumba de la religión propia y, al mismo tiempo, estaría dañando a las otras religiones. Alguien que honra su propia religión y condena a las otras religiones puede estar haciéndolo por devoción a su religión, pensando: “Voy a glorificar a mi religión”; pero sus acciones dañan aún más gravemente su religión. La concordia es algo bueno. Que todos escuchen y estén dispuestos a escuchar las doctrinas profesadas por los otros. (Edicto Sobre Roca 12)

El Emperador Ashoka representa a una gloriosa tradición de coexistencia tolerante y síntesis pacífica. Esa tradición aún hoy vive entre gobiernos y gobernantes. Un ejemplo es el noble monarca de Omán, que ha donado tierras para templos e iglesias de otras fes mientras él practica su propia religión con toda fe y diligencia y devoción. Estoy seguro de que en el futuro seguirán apareciendo gobiernos y gobernantes compasivos como estos en numerosos países alrededor del mundo. Como se suele decir, “Benditos son los que bregan por la paz, dignos de llamarse hijos de Dios”.

No existen dudas de que los que promueven la violencia dañan, en primer lugar, a sus propios parientes y amigos. Puede que lo hagan en forma directa, a través de su intolerancia, o indirectamente, provocando una respuesta violenta a sus acciones. Por otro lado, como dice el dicho, “Benditos son los compasivos, porque reciben compasión”. Esta es la ley de la naturaleza. También se lo puede llamar el modo o el decreto de Dios. El Buddha dijo, “La animosidad no puede ser erradicada a través de la animosidad, sólo con su opuesto. Este es un Dharma eterno [ley espiritual]”. Lo que llaman Dharma en la India no tiene nada que ver con el hinduísmo, con el budismo, con el jainismo, con el cristianismo, el islamismo, el judaísmo, el sijismo o cualquier otro “ismo”. Es esta simple verdad: antes de dañar a otros, el primero en ser dañado al generar negatividad mental eres tú; y eliminando la negatividad puedes encontrar paz interna y aumentar la paz en el mundo.

Paz Mental para la Paz Mundial

Toda religión que se precie de tal alienta a sus seguidores a seguir un modo de vida ético y moral, a alcanzar el dominio sobre la mente y a cultivar la pureza de corazón. Una tradición nos dice, “Ama a tus semejantes”; otra dice, Salaam walekum - “Que la paz esté contigo”; y aún otra dice, Bhavatu sabbamangalam o Sarve bhavantu sukhinah - “Que todos los seres sean felices”. Llámese la Biblia, el Corán o el Gita, todas las escrituras hacen un llamado por la paz y la armonía. De Mahavir a Jesús, todos los grandes fundadores de religiones han sido ideales de paz y tolerancia. Sin embargo, nuestro mundo a menudo gobernado por luchas sectarias y religiosas, o hasta por la guerra – porque sólo damos importancia a la carcasa externa de la religión, descuidando su esencia. El resultado es la falta de amor y compasión a nivel de la mente.

Sólo habrá paz en el mundo cuando haya paz en cada individuo. La paz y la agitación no pueden coexistir. Una manera de obtener paz interior es a través de la práctica de Vipassana o meditación de visión cabal – una técnica orientada a resultados que usa la auto-observación para comprender la verdad. La práctica de esta técnica ofrece una comprensión de la interacción de cuerpo y mente, a través de la propia experiencia. Cada vez que surge alguna negatividad en la mente, como por ejemplo odio, el cuerpo genera sensaciones desagradables. Cada vez que la mente genera amor desinteresado, compasión y buena voluntad, el cuerpo se inunda de sensaciones placenteras. La práctica de Vipassana también revela que la acción mental precede a cada acción física y vocal, determinando su carácter provechoso o perjudicial. La mente es lo más importante. Esa es la razón por la que debemos buscar métodos prácticos que nos ayuden a tener una mente pura y llena de paz. Tales métodos amplificarán la efectividad de la declaración conjunta que emerja de esta Cumbre por la Paz Mundial.

La India Antigua le dio al mundo dos prácticas. La primera es el ejercicio físico de las posturas de yoga (Asanas) y el control de la respiración (Pranayama) para mantener el cuerpo saludable. La otra es el ejercicio mental de la Vipassana para mantener la mente saludable. La gente de cualquier fe puede, de hecho, practicar ambos métodos. Al mismo tiempo, pueden continuar con sus propias religiones en paz y armonía; no es necesario que haya conversión de ningún tipo, una fuente común de conflicto y tensión.

Para que la sociedad tenga paz, más y más miembros de la sociedad deben tener paz. Como líderes tenemos la responsabilidad de dar el ejemplo, de ser una inspiración. Un sabio una vez dijo: “Para equilibrar la mente desequilibrada de otros es necesario tener una mente equilibrada”.

En un sentido más amplio, una sociedad pacífica encontrará el modo de vivir en paz con su entorno natural. Todos comprendemos la necesidad de proteger el medio ambiente, de dejar de contaminarlo. Lo que nos impide tomar acción sobre esta comprensión es el cúmulo de contaminaciones mentales, como la ignorancia, la crueldad y la avidez. La eliminación de tales contaminaciones promoverá la paz entre los seres humanos, como también una relación equilibrada y saludable entre la sociedad humana y su medio ambiente natural. Este es el modo en el que la religión puede fomentar la protección del medio ambiente.

No-Violencia: la Clave para una Definición de la Religión

No existen dudas de que siempre habrá diferencias entre las religiones. Sin embargo, en esta Cumbre por la Paz Mundial, líderes de las principales fes han demostrado que quieren trabajar por la paz. Que la paz sea el primer principio de la “religión universal”. Declaremos todos juntos que debemos abstenernos de matar, que condenamos la violencia. También aliento a los líderes políticos a que se unan a esta declaración, dado el rol central que tienen para traer paz o para crear una guerra. Tanto si se nos unen como si no lo hacen, al menos nosotros dejemos constancia de esto aquí y ahora: en lugar de perdonar la violencia y el asesinato, declaremos que nosotros condenamos de forma incondicional tales actos, especialmente los perpetrados en nombre de la religión.

Ciertos líderes espirituales han tenido la sagacidad y el coraje de condenar la violencia cometida en nombre de su propia fe. Puede que haya distintos puntos de vista filosóficos y teológicos sobre el acto de buscar perdón o arrepentimiento por una acción de violencia o asesinato llevada a cabo en el pasado; pero el mero reconocimiento de una acción violenta ocurrida en el pasado implica que fue reprobable y que no será perdonada en un futuro.

Bajo el auspicio de las Naciones Unidas, formulemos una definición de religión y de espiritualidad subrayando la no-violencia, y neguémonos a tolerar la violencia o el asesinato. No podría haber mayor desgracia para la humanidad que fracasar en definir la religión como un sinónimo de paz. Esta Cumbre podría proponer un concepto de “religión universal” o “espiritualidad no-sectaria”, a ser considerado por las N.U.

Estoy seguro de que esta Cumbre ayudará al mundo a centrar su atención en el verdadero propósito de la religión:

La religión no nos divide;
enseña paz y pureza de corazón.

Felicito a los organizadores de esta Cumbre histórica por sus esfuerzos y por su visión. Y felicito a los líderes religiosos y espirituales que han tenido la madurez para trabajar en pos de la reconciliación, dándole a la humanidad la esperanza de que la religión y la espiritualidad nos llevarán a un futuro lleno de paz.

Que todos los seres estén libres de aversión y sean felices.

Que la paz y la armonía prevalezcan.